domingo, 10 de enero de 2010

Dulce como el chocolate...


Hoy voy a contaros una pequeña anécdota para demostrar que "no es oro todo lo que reluce", por expresarlo de alguna manera.

Veréis, mis padres siempre me andan diciendo que soy una borde, que con esa actitud nunca conseguiré nada.

Antes de continuar debo aclararos que a mi me encanta el chocolate.
Es casi exclusivamente el único dulce que me gusta.

Y un día, aprovechando aquello, me dijeron:
-Hija, si fueras dulce como el chocolate con el que te deleitas hoy, todo seria mas fácil.

Yo, sin poder evitarlo, les respondí:
-Ya lo se. ¿Pero no se os ha ocurrido pensar que, al igual que es dulce, también es algo amargo? ¿Y no se os ha ocurrido que quizás lo que mas me gusta del chocolate es justamente su toque amargo que tan especial lo hace?
Me parece que nunca os habéis dado cuenta de que si le quitaseis el toque amargo, ya no seria igual, ya no seria tan autentico como era anteriormente.
Por eso, ya que no intentáis cambiar al chocolate, no intentéis cambiarme a mi.
Yo soy como el chocolate. Yo soy el chocolate.

Esa fue mi forma de decirles que no intentaran cambiarme, que no intentaran quitarme ese toquecito amargo que me hace especial.

Aunque a veces penséis que si cambiáis haréis mas felices a los demás, yo os puedo asegurar que no es así.

Porque, aparte de que "nunca llueve a gusto de todos"(un tema que trataremos mas adelante), si habéis entendido esta entrada seréis conscientes al fin de que siempre es mejor ser autentico.

Y este es mi homenaje al chocolate, que aunque a algunos les parezca que es tan solo un postre con el que disfrutar, aquí hemos probado que es algo mas: una revelación.

Pues el chocolate nos ayuda a entender muchas cosas que de otra manera quizás no hubiéramos entendido.

1 comentario:

  1. Mmmmm, a mi ama tambien le encanta el chocolate, y las veces que he podido hurtar un poco me ha satisfacido mucho.

    Pero nunca el chocolate habia tomado tanto sentido como en tus manos.

    Eres increible.

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